Ya estaba salvado del descenso; es más, su partido fue catalogado como de mero trámite. Sin embargo, Cienciano viajó a Moquegua y encaró el partido ante Cobresol con absoluta responsabilidad. Por ello, en el terreno de juego presentó un esquema de juego bastante ofensivo, con Jonathan Acasiete y Cristian García con bastante salida por los costados y con Juan Cominges alimentando constantemente a los delanteros Diego Virrueta y Leonardo Rivero.
No obstante, para mala fortuna de los cusqueños, tuvieron un primer tiempo de terror. Y es que fueron amplios dominadores de las acciones, pero les embocaron un gol por una infantil infracción de Cáncar que derivó en un penal y, lo que es peor, enviaron dos remates al travesaño; el primero vía Virrueta, y el segundo en una acción infortunada de Crifford Seminario. Para colmo de males, les anularon un gol cuando estaba cerca de concluir la etapa inicial.
Como era obvio, el profesor Arias hizo un par de modificaciones: metió a Enzo Scorza y Diego Pizarro, ambos referentes de ataque, y trastocó su disposición táctica (pasó del 4-3-1-2 al 4-cuadrado-2). Con ello, el partido tuvo un ritmo monótono; sí, por el constante dominió del 'Papá', y también porque encontró más iluminado que nunca a Pizarro, quien en las dos claras ocasiones que tuvo la mandó a guardar. Su actuación, perfecta para efectos de un goleador, sirvió para que su equipo remonte el score y, con el 1-2 final, comience a maquillar su infortunada campaña. Es más, para mantener el tono, Diego Pizarro "imitó" a su hermano Claudio, quien el último miércoles también hizo un doblete con Bayern Munich en la Copa alemana. Mera coincidencia (familiar).
No obstante, para mala fortuna de los cusqueños, tuvieron un primer tiempo de terror. Y es que fueron amplios dominadores de las acciones, pero les embocaron un gol por una infantil infracción de Cáncar que derivó en un penal y, lo que es peor, enviaron dos remates al travesaño; el primero vía Virrueta, y el segundo en una acción infortunada de Crifford Seminario. Para colmo de males, les anularon un gol cuando estaba cerca de concluir la etapa inicial.
Como era obvio, el profesor Arias hizo un par de modificaciones: metió a Enzo Scorza y Diego Pizarro, ambos referentes de ataque, y trastocó su disposición táctica (pasó del 4-3-1-2 al 4-cuadrado-2). Con ello, el partido tuvo un ritmo monótono; sí, por el constante dominió del 'Papá', y también porque encontró más iluminado que nunca a Pizarro, quien en las dos claras ocasiones que tuvo la mandó a guardar. Su actuación, perfecta para efectos de un goleador, sirvió para que su equipo remonte el score y, con el 1-2 final, comience a maquillar su infortunada campaña. Es más, para mantener el tono, Diego Pizarro "imitó" a su hermano Claudio, quien el último miércoles también hizo un doblete con Bayern Munich en la Copa alemana. Mera coincidencia (familiar).
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